martes, febrero 27, 2007

Divorcio en cuotas


Curioso, hoy por la mañana abri mi correo electrónico el cual, para variar, tenía muchísimo spam (y eso que la cuenta es gmail) como todas las mañanas me disponía a borrar aquellos odiosos subjet "compre viagra" "alargue su pene" entre otros, cuando veo un correo que decia "Si se quiere divorciar nosotros lo hacemos más fácil, le ofrecemos cómodas cuotas", claro al comienzo me causo gracia, pero luego me llevó al siguiente pensamiento ¿tan mercantilizada está la institución de la familia que la transamos como un bien comercial? y no se trata de estar de acuerdo o no con el divorcio, de hecho lo estoy, pero me sorprendio ver como todo en la vida es un negocio, al parecer Fromm tenía razón y los seres humanos vemos el amor como un bien comercial, vitrineamos de aparador en aparador buscando el mejor ejemplar y cuando lo encontramos formamos familia, luego si ese ejemplar estaba defectuoso o nos interesa "el de última tecnología", sencillamente nos deshacemos de él y lo cambiamos. Ahora bien, para deshacernos del antiguo hay que hacer un par de trámites, ya que habíamos firmado un contrato de plazo indefinido, por lo que necesitaremos la ayuda de un abogado que logre deshacer dicho contrato y ¡oh! santa ley de la oferta y la demanda, como la ley se aprobó en Chile y crecio la demanda, ¡¡¡Hay mas ofertas!!! y nos ofrecen el pago en cómodas cuotas mensuales, cancele con su tarjeta, porque recuerde "plástico, siempre plástico".

miércoles, febrero 14, 2007

reflexiones


Sumergida en la soledad de mi habitación, en medio de la oscuridad cómplice de la noche, pienso en el porvenir y en el camino que he ido trazando a lo largo de mi vida. Para algunos he vivido mucho, para otros, apenas comienzo la travesía, la verdad es que siento que estoy en la mitad de una aventura escalofriante, una aventura que me hace pensar si lograré llegar a la meta alguna vez. Quizás no soy una mujer convencional ¿y por qué habría de serlo? ¿Sólo por lo que la sociedad dictamina? Pues no lo creo.

A veces, en el transcurso de nuestra vida, tomamos decisiones que no todos son capaces de comprender, decisiones que hieren a algunas personas, pero que sin embargo son lo mejor para nuestras vidas, otras veces nos equivocamos, pero es parte de crecer como personas, es parte de vivir esta vida maravillosa, esta vida de dulce y agraz, esta vida que muchas veces no tiene sentido, esta creación humana que nos hace cuestionar cada centímetro de suelo que hay a nuestro alrededor. Nada, nada es fácil, pero todo sabe mejor luego de un gran esfuerzo, degustar el triunfo es la sensación más orgásmica que puede experimentar el ser humano y con esto no me refiero al éxito material necesariamente, sino al éxito en todo orden de cosas, espiritual, mental, intelectual, etc.

Retomando el tema de lo socialmente correcto, me pregunto ¿por qué debemos desempeñar roles? ¿Por qué no podemos simplemente ser? ¿Es tan mala la autenticidad de las personas que la sociedad impone moldes en los cuales hay que encajar?… pero claro, sino encajas y eres diferente eres discriminado, por lo tanto o encajas o encajas en los márgenes socialmente indicados.

Lo autentico es escaso, ya nadie es autentico, todos muestran alguna careta ante los demás, aquélla considerada como la indicada para ser aceptados, aquélla que dice que somos fuertes y poderosos y que nada podrá vencernos, pero ¡de qué nos sirven las mascaras si finalmente siempre caen? ¿Para qué utilizamos caretas si el show continuaría igual con nuestro rostro al descubierto? ¿Por qué ocultar las lágrimas y las penas si son parte esencial del ser humano? No entiendo ese afán por demostrar que estamos hechos de sólida roca, cuando no hay nada más noble que ver el corazón del otro. Son muy pocas las personas que se muestran tal cual son, son pocas las personas con las que podemos contar porque son transparentes, porque les tenemos confianza, son tan escasas que muchas veces las ignoramos porque no nos damos cuenta que están allí hasta que vemos brillar su luz y encandilar nuestros ojos con su brillo y calidez. Son tan escasas estas personas, que cuando se las tiene hay que cuidarlas como un hermoso tesoro, porque no surgen a menudo.