El cielo estaba cubierto de estrellas, la brisa marina provocaba en los transeuntes una sensación de bienestar y letanía, yo caminaba a paso lento, contemplando el bello espectáculo que la naturaleza me otorgaba. Caminé y camine siguiendo el sendero demarcado por viejos adoquines, hasta que los adoquines terminaron y me encontré frente a un roquerio, mire alrededor y no se veía ningún alma, el cielo parecía haberse quedado sin estrellas en ese sector, de pronto vi un resplandor en la orilla del mar, dude un poco, me asustaba la soledad y oscuridad del lugar, pero el destello era nítido y no estaba tan lejos, así es que decidí que debía ir a ver de que se trataba. me quité las zapatillas y comencé a caminar por la arena, el destello cada vez era más claro, más fuerte, cuando llegue al origen del destello, lancé un grito que se ahogo en mi garganta y nadie puedo escuchar...no podía creer lo que estaba viendo, el destello provenía de un collar, el problema era que el collar estaba en el cuerpo de una mujer que yacía muerta, amoratada, con la cara hinchada, sus manos y pies, todo su cuerpo hinchado y morado, el collar parecía que iba a estallar en su cuello....
No sabía que hacer, tomé mi celular para llamar a carabineros, pero no tenía señal, mire a un lado y otro, nada... intenté regresar por donde había llegado, pero no encontraba el camino, la oscuridad era mayor y una espesa neblina había cubierto como por arte de magia todo el lugar...
me acerque al cuerpo, era una mujer de cabello negro, presumiblemente joven, sus enormes ojos azules me impresionaron, su mirada de desesperación enloqueció mi pensamiento, parecía decirme ¡¡¡ayudame!!!, y yo no podía hacer nada....
Comence a congelarme, la neblina, el mar, mi falta de abrigo, tiritaba, el cuerpo inerte a mi lado...
Escuché voces, voces masculinas, iba a gritar pidiendo ayuda, cuando escuche que la voz decía "debemos encontrar el cuerpo", entonces me asusté.... guarde silencio y corrí, luego no supe nada más hasta despertar en una cabaña, dos hombres sentados a la mesa, me miraban, tuve miedo, ¿serían los que buscaban el cuerpo?, no dije nada, ellos tampoco.
Debo haberme dormido otra vez, cuando desperté estaba en la playa, con las zapatillas a mi lado, mi vestido blanco, mi cartera y mi celular, el agua mojaba mis pies, el sol radiante, mire alrededor y vi niños construyendo castillos de arena....
no había rastros del cuerpo, ni de los hombres, ni de nada de lo sucedido la noche anterior...
tomé mis cosas y algo desconcertada, caminé
al llegar a mi casa, abrí la puerta y me miré al espejo, y entonces un hielo cruzo mí espalda al ver en mi rostro que mis ojos eran desesperadamente azules.