viernes, mayo 19, 2006

El amante IVparte: El encuentro


La primera vez que lo vi fue en el cafecito que está cercano a mi casa...para variar estaba sola, pensando en todos mis problemas con Felipe, cuando de pronto miró hacia la puerta del café y me doy cuenta que un hermoso y joven hombre entra por aquélla bendita puerta, lo miré fijamente y él devolvió mi mirada con una sonrisa que hizo que mi cuerpo se estremeciese completamente...

Luego de ese encuentro comencé a pensar constantemente en aquél Adonis que había penetrado en mis pupilas para llegar a lo más profundo de mi mente, no podía quitar su imagen de mis pensamientos y comencé a urdir un plan para provocar un nuevo encuentro...el plan era ridículo, no sabía nada de este hombre, solo que era bello y que había entrado al café que frecuento, pero algo me decía que volvería a verlo, así es que planee ir al café todos los días hasta verlo nuevamente... paso una semana, luego dos, tres y nada, no volvió a aparecer.

Una sombra gris cubrió cual manto mis esperanzas, los sueños fueron nuevamente enterrados hasta que lo vi, caminaba directamente hacia mi, mi corazón comenzó a palpitar y en un impulso desesperado, me quite mi anillo de casada, me ruborice cuando rozó mi brazo, y me dijo que me invitaba un café... le di mi número de telefono... en este instante estoy sentada esperando su llamada.....

domingo, mayo 14, 2006

El amante parte III "La cena de aniversario"


Ya nada es como antes....

Felipe me invitó a celebrar nuestro décimo aniversario, llegamos al restaurant, pedimos langosta, comimos, bebimos, pero ninguno de los dos habló.... nos mirabamos como dos extraños, distantes, fríos, su rostro inexpresivo me hacia sentir desdichada, ya no me mira como lo hacía antes.... ya no siento la pasión de sus besos... No recuerdo cuando fue la última vez que me besó, la última vez que senti el calor de sus brazos, labios, pecho, su cuerpo contra el mío, su cuerpo sobre mí, haciéndome sentir la mujer más afortunada del planeta...Ahora ya nada queda, nada de eso existe, ahora solo es rutina, la oficina, el colegio, los niños, las cuentas, las discusiones por quien paga que cosa o porque la cuenta de luz es muy elevada o qué se yo, siempre hay una razón para discutir, siempre hay una razón para alejarnos...

Una mujer en la mesa de enfrente mira a Felipe, él se da cuenta porque la complexión de su cuerpo ha variado, todo su cuerpo le responde a los mensajes ardientes de aquélla peliteñida de la mesa de enfrente... La miro y no es mejor que yo, es cierto, tiene algunos años menos, pero no tiene nada que la haga extraordinaria, pero es "carne fresca" como dicen ellos y el ego de felipe se ha elevado a los cielos porque una mujer menor le coquetea en frente de su mujer.... Hago como que no me doy cuenta, sin embargo, ni lo noto, pero no sufro y es raro porque con lo celosa que soy era que estuviese arrancándole los cabellos a aquélla yegua, sin embargo, me parece que no tiene importancia y sigo comiendo mi langosta, como por inercia porque no tengo hambre, solo quiero que termine pronto esta noche y regresemos a nuestra casa a dormir en nuestra cama y comenzar una nueva rutina, un año más, juntos pero más separados que nunca...

aún pienso en aquella idea..... buscar un amante podría darle sentido a esta vida, sin embargo soy una cobarde y aún no me atrevo.

sábado, mayo 06, 2006

La leyenda de Perceval


PERCEVAL

Era hijo de Sir Pellinor y su madre había perdido a su marido y a tres hijos en campos de batalla y no quería que Perceval, el único hijo que le quedaba, supiera nada de guerras. Por eso crió al chico en el campo alejado de todo aquello. Un día el muchacho se encontró con tres caballeros de Arturo a los que por el brillo de sus armaduras confundió con ángeles. A partir de ese momento todo lo que desea en la vida es ser como ellos. Su madre se ve incapaz de convencerle de lo contrario y desesperada le viste con ropas miserables, le pone un cazo de cocina en lugar de casco y le da un caballo achacoso con lo cual el muchacho comienza su andadura.

Su madre le había advertido que si se encontraba a alguna mujer no aceptara nada de ella, salvo un anillo o un beso, pero nada más. Se encontró con una joven alojada en una tienda a la cual pidió el anillo, sin venir muy a cuento. La dama un poco asustada de un joven tan extraño se lo dio. Una vez conseguido el anillo Perceval se marcha sin más dejando a la dama desconcertada y al marido enfadado porque a su regreso advierte la falta del anillo y cree que se lo ha regalado a algún amante.

Perceval Llegó a la corte de Arturo y presenció la escena de un hombre que derrama vino sobre la reina Ginebra robando a continuación la copa de la reina. Perceval salió en persecución del hombre, le mata y cuando está intentando quitarle la armadura para quedársela es sorprendido por un anciano caballero llamado Gobernal que a partir de ese momento se convertirá en su maestro y protector.

El anciano le adiestró en los usos y costumbres de la caballería y le dio otro consejo: No hablar nunca cuando no corresponda ni hacer preguntas por pura curiosidad. Este consejo será la causa del fracaso de la siguiente aventura de Perceval.

En ella llegó al castillo del Grial al que es llevado por un hombre que estaba pescando en una barca. Una vez allí presencia una procesión en la que se lleva un candelabro, una misteriosa lanza que gotea sangre y un objeto llamado Grial. En una habitación interior ve a un anciano acostado que parece a punto de morir pero que se mantiene con vida gracias a los alimentos que recibe del Grial.

Nada le es explicado y nada pregunta recordando los consejos de Gobernal. A la mañana siguiente se despierta y ve que el castillo ha desaparecido y que está durmiendo sobre una piedra. Una doncella le reprocha su comportamiento diciéndole que ha desaprovechado la ocasión de hacer mucho bien. Acongojado empieza a errar hasta que encuentra con un grupo de peregrinos que le recuerda que es Viernes Santo y Perceval se dirige a una ermita donde se entera de que su madre ha muerto por la pena que le causo el no recibir noticias suyas desde que se marchó. Lleno de pena se propone volver a encontrar de nuevo el castillo del pescador.

En los textos más antiguos lo encontrará y se convertirá en el nuevo guardián del Grial en los más modernos su búsqueda del Grial le llevó a Carbonek donde llegó en compañía de Galahad y Bohor. Los recibió el rey Pelles que aún tenía sin cerrar la herida que le causó Balin tiempo atrás. Aquella noche aparecieron el Grial y un anciano que tras celebrar la eucaristía y dar la comunión a todos los presentes se dirigió a Galahad. Le dijo que Debía coger las reliquias tocar con la lanza al rey Pelles y tras esto partir con ellas a la ciudad de Sarras llevándose de Inglaterra las reliquias. Luego el anciano desapareció. Al tocar a Pelles con la lanza la herida cicatrizó.

Partieron los tres para buscar la ciudad de Sarrás que era un lugar que muy pocos conocían. Encontraron el lugar y allí depositaron las reliquias.

Pero el rey del lugar no se fiaba de ellos y los encerró en una mazmorra. No pasaron necesidades pues el Grial se les aparecía a menudo y llenaba sus platos con aquello que cada uno prefería.

Al cabo del tiempo el castellano cayó enfermo y sintiéndose morir mandó liberar a los caballeros. Murió por fin y cuando la asamblea de la ciudad discutía quien sería el nuevo rey una voz celeste les ordenó elegir al más joven de los caballeros y Galahad se convirtió en rey de Sarras.

Al año de su reinado, cuando los ciudadanos fueron a adorar el Grial, se encontraron con una anciano vestido como un obispo. Este hizo adelantarse a Galahad y le dijo que iba a mostrarle lo que tanto deseaba ver. Galahad cayó al suelo y su alma se elevó llevando con ella el Grial, que desde entonces dejó la tierra y ningún mortal a vuelto a verlo.

Perceval y Bohor enterraron a Galahad. Después Perceval se hizo ermitaño y murió al poco tiempo.

A causa de su primera ignorancia se le dio el sobrenombre de "El Perfecto Idiota". Pero su sencillez e ignorancia no ofendía y al madurar se convirtió en un hombre sabio y perspicaz.

TRISTAN

Era hijo del rey Melodías, que era vasallo del rey Arturo. Su madre, Isabel de Lionesse, era hermana del rey Mark de Cornualles y murió al darle a luz por lo que al niño se le puso el nombre de Tristán que significa doloroso nacimiento.

Fueron famosos sus amores con Isolda y fue el prototipo del caballero atormentado por una pasión amorosa que hacía de su vida un continuo tomento. No encajaba dentro del estereotipo de la Orden de Arturo pues era un caballero ilustrado, músico, escritor de libros de caza, inventor de sones para el cuerno de caza, amante de los libros.

La familia era originaria de Liones, ciudad que algunos identificaron con la francesa Lyon. Otra leyenda cuenta que estaba situada en una franja de terreno que unía Francia e Inglaterra y que como castigo divino, que merecían la mayor parte de sus habitantes, esta franja de terreno fue devorada por el mar. Sólo un hombre se salvó, el que poseía el caballo mas rápido del reino, que galopando consiguió que no le arrastraran las aguas. Este fue el fundador de la familia se Tristán.

Tristán fue educado por un vasallo del rey Melodías llamado Governal.

Melodías guardó luto por su esposa durante siete años al cabo de los cuales volvió a casarse.

La nueva esposa estaba celosa de Tristán pues sabía que a la muerte de su esposo sería el heredero del reino, y no el hijo que ella había dado a Melodías. Vertió veneno en la copa en la que solía beber Tristán pero fue su propio hijo el que bebió y murió. En un segundo intento por matarle la asesina hubo de confesar porque esta vez fue el propio rey el que estuvo a punto de beber la copa envenenada. El rey la condenó a morir pero Tristán intercedió por ella y se la dejó vivir.

Melodías decidió enviar a su hijo a Francia para que terminara su educación. Allí destacó en la música, aprendiendo muy pronto a tañer el arpa con tal habilidad que nadie podía vencerlo. Destacó también en la caza, llegando incluso a escribir tratados cinegéticos y a inventar un código de señales emitido con la voz y otro con los cuernos de caza. En los hechos de armas era invencible y su encanto ninguna mujer podía resistirlo.

Volvió a su patria cuando contaba 19 años. Allí se enteró de que el rey de Irlanda, Angustias, había enviado a la Corte del rey Mark de Cornualles (que era su tío, por ser hermano de su madre) un emisario, sir Marhaus, para que exigiera un tributo que Cornualles abonaba hacía mucho tiempo a Irlanda. Este emisario desafió a cualquier caballero de la corte a luchar con el. Si le vencían el tributo sería perdonado.

Pero nadie en la corte del rey Mark se atrevía a luchar con él y Tristán pidió permiso a su padre para ir a la corte de su tío para enfrentarse a Marhaus.

Se enfrentó con el y le venció al incrustarle la espada en el yelmo. Al querer sir Marhaus quitársela la espada se rompió y un pedazo quedó en su cráneo. Se declaró vencido y regresó a su patria donde murió pronto.

Pero Tristan había sido herido por la punta de la lanza de sir Marhaus que estaba envenenada. La herida no respondía a ningún tratamiento y empezó a oler tan mal que se decidió dejarle en una barca a la deriva. En estas condiciones llegó a un castillo y viendo los dueños que estaba herido lo llevaron al interior del palacio. En realidad era el palacio del rey de Irlanda y de su esposa la reina que era hermana de Marhaus, por lo que Tristán nada dijo de su nombre y procedencia.

Le cuidó sus heridas Isolda, la hija del rey y ambos terminaron enamorándose.

Aún convaleciente Tristán hubo de enfrentarse a Palomides, un caballero sarraceno que pretendía la mano de Isolda, venciéndole también.

La reina desconfiaba de él y un día en que Tristán estaba bañándose entro en sus aposentos y vio la espada de Tristán a la que le faltaba un trozo. Enseguida corrió a buscar el trozo que había sacado del cráneo de su hermano antes de morir y vio que encajaba a la perfección. Comunicado tal hecho al rey este pidió a Tristán que abandonara su corte.

Tristán juró amor eterno a Isolda e Isolda juró que no se casaría sin el consentimiento de Tristán y ambos intercambiaron los anillos. tras lo cual Tristán abandonó el reino y a su amada.

Vuelto a Cornualles se convirtió en uno de los principales caballeros de la corte de su tío.

Su tío Mark era hombre envidioso y celoso de los éxitos que en todos los terrenos tenía su sobrino, ideó una manera de vengarse.

Tristán le había contado sus amores con Isolda y la belleza de esta por lo cual Mark decidió casarse con ella. Llamó a Tristán y le pidió que fuera a la corte del rey Angustias a pedir para él la mano de su hija.

Durante el viaje arribó en Bretaña y se enteró que el rey Angustias estaba en la corte de Arturo acusado de traición y que no había ningún caballero que quisiera defenderlo en el campo del honor.

Tristán luchó por el y venció al campeón de Arturo aunque no quiso matarle. Este caballero vencido era sir Blamore primo de Lancelot y Lancelot sintió al momento afecto por Tristán.

Tristán volvió a Irlanda con el rey Angustias y una vez allí le confió la misión que traía. La negación de la mano hubiera sido faltar a las normas de caballería por lo cual Angustias aceptó.

Isolda tenía una criada y a ella entregó la reina una poción amorosa para que se la hiciera beber a su hija y al rey Mark el día de la boda y que haría que ambos se amasen toda la vida.

El viaje no tuvo contratiempos y la víspera de la llegaba Tristán e Isolda decidieron beber juntos para despedirse. Ella vio un frasco dorado que pensó tendría vino y ambos bebieron de él. Pasados unos minutos ambos se abrazaron presas de una loca pasión. Una vez desembarcados enseguida el rey Mark se casó con Isolda. La noche de bodas es la criada de Isolda quien la pasó con el rey Mark. A partir de este momento empiezan a idear un sistema de mensajes para verse siempre que podían y con el que engañaron al rey Mark durante dos años. Pero el rey los descubre dormidos con una espada en medio y piensa que quizás ha sido injusto con ellos, accede a volver a aceptar a Isolda siempre que Tristán se marche al exilio.

La vida para Tristán se hacía insoportable. Va a Bretaña donde incluso rescató a Arturo de una emboscada pero siguió errante sin querer unirse a la Tabla Redonda a pesar de los ruegos de todos. Tras varios episodios más, terminó incorporándose a la Orden de Arturo y ocupando el asiento que antes ocupara sir Marhaus, a quien él había dado muerte.

Es forzado de nuevo a errar y se pone al servicio del rey Hoel, que tiene una hija llamada también Isolda con la cual se casa pero no llega a consumar el matrimonio, sino que vuelve a Cornualles y rapta a Isolda su enamorada. Buscan refugio en el castillo de la Guardia Gozosa, propiedad de Lancelot, hasta que Arturo convence al rey Mark para que vuelva a aceptar a Isolda de nuevo y les perdone a ambos.

Tristán vuelve a Bretaña y es herido en una batalla. Viéndose malherido manda un barco para que traigan a su amada y da instrucciones a los marineros que deben traerla para que si acepta venir y la traen, pongan velas blancas en el barco y si no viene las pongan negras. Ya no puede ni levantarse de la cama e Isolda su esposa, que lo acompaña y llevada por los celos que sentía, le dice que las velas son negras aunque no era verdad, en ese momento Tristán muere. Cuando la otra Isolda llega y ve a su amor muerto se tiende junto a él y muere también. Son enterrados en tumbas contiguas de las que brotan zarzas rojas y blancas que se entrelazan. La Isolda esposa se arroja desde una ventana al acantilado y muere también. El rey Mark sigue vivo y cuando Arturo marcha a Avalon asola el reino de Bretaña.

Se cuenta otra versión poco probable que afirma que cierta tarde, mientras Tristán tocaba su arpa ante la reina Isolda, el celoso rey Mark le hizo asesinar por la espalda.