sábado, marzo 19, 2005

Sobre educación y otras nueces

"La educación encierra un Tesoro"

Ese es el título del informe a la UNESCO sobre educación, enviado por la comisión internacional sobre la educación para el siglo XXI.

Dicho título, encierra en sí, la premisa fundamental que todo pedagogo debiese poseer. Somos los guardianes del tesoro más valioso que posee la humanidad, la educación, la principal herramienta para enfrentar la vida y superar los desafios que esta nos presenta.

Como portadores de este preciado tesoro, tenemos una misión sumamenente delicada, educar en los conocimientos, competencias y habilidades que entregen a las personas las herramientas adecuadas para el desempeño intelectual, pero además, tenemos una misión aún más importante que es la de formar personas, seres integrales, capaces de vivir en sociedad, de crecer en sociedad, que posean sólidos valores cimentados en el respeto, la tolerancia y la democracia.

El informe Delors, hace referencia constante a vivir en sociedad, a las dificultades que presentamos los humanos para vivir en comunidad, y enfatiza el hecho de que sólo depende de nosotros lograr convivir en una aldea planetaria que luche unida por superar los flagelos que afectan a las sociedades, tales como el individualismo, la apatía, la pobreza y la ignorancia. Sin embargo, dicho proyecto un tanto utópico, posee una gran piedra de tope, que es el rechazo a la globalización como proceso de crecimiento mundial.

Muchos son quienes sienten que con el proceso de globalización los pueblos están perdiendo individualidad y están olvidando sus raíces e identidades, lo que es cierta medida es cierto, sin embargo, olvidan las ventajas comparativas que posee un proceso de globalización mundial, donde los ciudadanos seamos ciudadanos del mundo y no de una nación específica, un proceso de globalización donde las culturas puedan compatir conocimientos y tradiciones sin olvidar las propias.

Sin olvidar que el principal ente educador es la familia, la escuela tiene un rol fundamental en el proceso educativo conjunto, dicho rol esta cimentado en cuatro pilares que son bases de la educación y que define con claridad en el informe Delors, y que apuntan fundamentalmente al aprender a vivir en sociedad, conociendo mejor a los demás, sus tradiciones y su espiritualidad, a partir de ahí, crear un espíritu nuevo que impulse la realización de proyectos comunes o la solución inteligente y pacífica de los inevitables conflictos.

Los educadores por tanto estamos llamados a educar en la tolerancia y la diversidad, para lograr una mentalidad más abierta y receptiva a lo que se presenta como diferente.



Sin duda una ardua y utópica misión, pero necesaria en tiempos en que priman el cinismo, la individualidad, el desamor, y donde el aire está cargado de guerra.

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